miércoles, 22 de octubre de 2008

La Iglesia fijó su posición sobre Municipalización de Dina Huapi

A través de un comunicado, la iglesia local fijó su postura sobre los inminentes cambios que se avecinan.


El texto completo emanado de las autoridades eclesiásticas es el siguiente:

Los miembros del departamento de Pastoral Social de la Diócesis de San Carlos de Bariloche deseamos aportar nuestra opinión acerca de la municipalización de Dina Huapi, dada la razonable inquietud que este tema está presentando en el pueblo.
Hoy Dina Huapi está dirigida por un Comisionado de Fomento nombrado directamente por el Gobierno provincial sin intervención de la población. Muchos vecinos desearían participar en la elección de las autoridades que rigen sus destinos, y ese deseo está respaldado por el derecho que se les otorga el art.226 de la Constitución Provincial, que establece claramente "que toda población estable, de más de 2000 habitantes, constituye un Municipio”; y esta comunidad ha superado hace años ese número.
Otros vecinos, con una posición comprensible, temen que esta localidad se “politice” y dudan frente a la municipalización.
La política, un compromiso superior irrenunciable.
Juan Pablo II, en la exhortación Apostólica“Vocación y Misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo” (1987) expresa algunos conceptos que son de directa aplicación al tema que nos ocupa. Alli dice "..... los fieles laicos de ningun modo pueden abdicar de la participación en la “política”, es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común.
Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoismo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, asi como también la difundida opinión de que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican en lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la "cosa pública” (nro. 42).
No podemos renunciar al derecho de participar en “política”, entendida como el manejo de la cosa pública para el bien común, independiente de la mala opinión que pueda tenerse del desempeño de algunos o muchos Políticos.
Participando en la cosa pública es mucho más problable que se pueda cambiar a los malos políticos que si se niegan o se renuncia a ese espacio de responsabilidad. Es que alguien tiene que gobernar y es mejor que el pueblo intervenga en la elección de ese alguien y luego controle su actuación.
Protagonismo en los proyectos y en los hechos.
Aunque por si sola la municipalización no asegura el bien común, sí puede permitir el debate sobre qué estilo de vida quieren los vecinos de Dina Huapi. Por ejemplo, el régimen de obras públicas, la seguridad, la salud, la educación, la planificación urbanística, turística y presupuestaria; y gestionar nuevas obras, ante la Nación o la Provincia, relativas al agua, cloacas, viviendas, etc; muy necesarias para la localidad, ya que siendo Municipio podrá accederse a mayores fondos.
También, con la municipalización podrá dictar su propia Carta Orgánica, adecuada a sus necesidades y a lo que decidan democráticamente los vecinos.

Intendente y Consejales
Definida la municipalización, la población podrá elegir a cuatro ciudadanos- un intendente y tres consejales, mediante votación directa y proporcional en el cuerpo colegiado, que es el Consejo, y podrá garantizarse el ejercicio del régimen representativo y democrático.
Asimismo los vecinos elegirán tres miembros del Tribunal de cuentas que revisarán la correcta administración de los caudales públicos.

La participación y el bien común.

Por estas razones, desde el Departamento de Pastoral Social instamos a todos los ciudadanos de Dina Huapi a cumplir con sus deberes cívicos y poner en primer lugar el bien común de la localidad y -cuando corresponda- elegir hombres y mujeres honestos, capaces y dedicados, que tengan como guía de sus actos el mandato de Jesucristo en el Evangelio,

“Servir y no ser servido”.


Equipo de Pastoral Social
Diócesis de San Carlos de Bariloche

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